viernes, 7 de noviembre de 2014

El problema del etiquetado de alimentos transgénicos en Estados Unidos

Compartimos los siguientes artículos del Boletín Nro 587 de la "Red Por una América Latina libre de transgénicos":

Contenido

Los consumidores dicen “no” a los transgénicos

El 92% de la población de estados unidos quieren que se etiqueten los alimentos transgénicos

Las grandes empresas agroalimentaria enjuician a Vermont por no haber defendido su derecho a conocer cómo alimentarse

=============================================================
Estados Unidos:

LOS CONSUMIDORES DICEN NO A LOS TRANSGÉNICOS

Wall Street Journal

En EE.UU. los fabricantes de alimentos empiezan a dejar de lado el uso de ingredientes con  OGM

Por Annie Gasparro

Hace dos años, Ben & Jerry's Homemade Inc. puso en marcha un plan para eliminar de su helado los ingredientes genéticamente modificados en respuesta al creciente rechazo de los consumidores a esos productos y para cumplir con sus propias metas medioambientales.

Antes de fin de año, casi 12 meses después de lo programado originalmente, la empresa prevé concluir una primera fase que involucra algunos productos como masa para galletas y caramelo líquido. Lo único que queda por convertir es la leche que constituye el helado mismo. Eso podría llevar entre cinco y 10 años más debido a las complejidades de conseguir leche considerada libre de material transgénico.

"Hay muchos más factores de lo que la gente se imagina", dice Rob Michalak, director de misión social de Ben & Jerry's.

Dos décadas después de que las primeras semillas diseñadas genéticamente fueron vendidas comercialmente en Estados Unidos, los organismos genéticamente modificados (OGM) -los cultivos de esas semillas- son comunes en la dieta estado-unidense, usados para fabricar los ingredientes de cerca de 80% de la comida envasada, según estimaciones del sector.

Ahora, la campaña se ha intensificado, liderada por grupos de defensa de los consumidores y el medioambiente como Green America, y está llevando a que una cantidad pequeña pero en aumento de grandes empresas de alimentos deje de lado los OGM. Además de Ben & Jerry's, que es filial de Unilever PLC, este año General Mills Inc. comenzó a vender su cereal Cheerios en su sabor original sin OGM. Smart Balance, de Boulder Brands Inc., eliminó los OGM de su línea de margarinas y otros productos untables. En tanto, Chipotle Mexican Grill Inc. venderá tortillas de maíz sin OGM.

La etiqueta "sin OGM" es una de las tendencias de mayor crecimiento en los envases de alimentos en EE.UU. y las ventas de esos artículos subieron 28% en 2013 a unos US$3.000 millones, según la firma de investigación de mercado Nielsen. En una encuesta entre casi 1.200 consumidores estadounidenses realizada para The Wall Street Journal, Nielsen halló que 61% había escuchado de los OGM y casi la mitad de esas personas dijeron que evitaban comerlos. El principal motivo era porque "no suena como algo que debería comer".

La reacción enérgica contra los OGM refleja el profundo escepticismo que se ha arraigado entre muchos consumidores de EE.UU. frente a la industria alimentaria y, en particular, su uso de tecnología. Otros ingredientes como los edulcorantes arti-ficiales han recibido críticas similares. La web y las redes sociales han permitido que las sospechas de los consumidores en temas de ese tipo se conviertan en poderosos movimientos que están obligando a las empresas a responder.

Quienes critican los OGM -que combinado genes de distintos organismos para que algunos cultivos sean más duraderos- afirman que no ha habido suficientes estudios independientes sobre las consecuencias a largo plazo sobre la salud y el medioambiente de lo que llaman "Frankencomida". Citan un puñado de estudios fuera de EE.UU. que encontraron efectos tóxicos en animales alimentados con cultivos transgénicos y señalan que 64 países, incluidos los de la Unión Europea y China, exigen que los productos con OMG sean identificados en su etiqueta.

Por su parte, la industria alimentaria sostiene que esos estudios no son concluyentes y que ninguno ha mostrado una conexión que sea perjudicial para los humanos. Sus partidarios también indican que los cultivos de OGM usados en EE.UU. fueron aprobados por las autoridades, que no exigen una etiqueta especial para ellos. Además, aunque la UE exige etiquetas especiales en sus países miembros, ha aprobado muchos alimentos con OGM como seguros para el consumo.

Más allá del debate, la suerte que corran empresas como General Mills y Ben & Jerry's al dejar de lado los OGM ofrecerá una guía para otras que lo consideran. Hasta ahora, el proceso ha resultado ser costoso, complejo y políticamente complicado. En el caso de Ben & Jerry's, el costo extra de los ingredientes sin OGM fue de entre 5% y 20%, lo que refleja cuán arraigada está esa tecnología en la cadena alimentaria. La empresa planea absorber los costos y no trasladárselos a los clientes.

No obstante, los pioneros también están alentando a agricultores y fabricantes de ingredientes a aumentar el suministro de artículos sin OGM.

Sin dudas, hay mucho en juego para firmas como Monsanto Co. y DuPont Co., que venden semillas transgénicas para darles a los cultivos características como la capacidad de repeler insectos y resistir pesticidas. Hoy, más de 90% del maíz, la canola, la soya y la remolacha azucarera en EE.UU. está modificado genéticamente. La mayor parte de las frutas y verduras que consu-men directamente los estadounidenses no tiene OGM, pero los cultivos se usan para producir ingredientes comunes como ja-rabe de maíz y más de la mitad del azúcar consumida en EE.UU., además del pienso que come la mayoría del ganado.

Una vocera de Monsanto señaló que la compañía confiaba en la seguridad de sus semillas por una "gran cantidad de pruebas rigurosas" realizadas por la empresa e investigadores independientes. DuPont sostuvo que la tecnología estaba respaldada por "agencias regulatorias y organizaciones científicas en todo el mundo". Según sus partidarios, el cambio a OGM ha llevado a cosechas de mayor tamaño y menores costos alimentarios.

Cuando una marca importante anuncia planes de dejar de lado los OGM, genera más debate. Los partidarios criticaron a General Mills por el cambio que realizó en los Cheerios, al decir que le daba sustento a concepciones erróneas sobre la tecnología. Los grupos anti-OGM comenzaron a pedirle que dejara de usar OGM también en otros cereales. La empresa indicó que cambiar los ingredientes de sus otros cereales sería demasiado difícil, pero que los productos con OGM son seguros. Explicó que ofreció la variedad sin OGM para darles más opciones a los consumidores.

Ben & Jerry's, la quinta mayor marca de helado en EE.UU. en términos de ventas, dice que no considera que los OGM sean dañinos para los humanos, pero que siempre se ha posicionado como una marca que cuida el medio ambiente y que es socialmente progresista.

En su relación con los agricultores, las empresas enfrentan un dilema. Los productores de alimentos dudan en comprometerse a dejar los OGM hasta que estén seguros de poder encontrar suficientes fuentes de cultivos sin OGM. No obstante, los agricultores son renuentes a cambiar de semillas sin estar seguros de que tendrán una demanda garantizada de cultivos sin OGM a un precio más alto.

Ben & Jerry's sostiene que no puede cuantificar lo que gastó en total. Los costos extra incluyeron cambios en el transporte de productos desde regiones más lejanas, el diseño de etiquetas nuevas, marketing y revisiones legales.

La cantidad de empresas grandes que anunciaron planes de eliminar los OGM aún es pequeña. Grandes agrupaciones del sector, como la Asociación de Productores de Alimentos, señalan que la tendencia no tiene fundamentos, pero reconocen que está creciendo. Siguen ejerciendo influencia contra las etiquetas de OGM y promueven los beneficios de la tecnología.

De todos modos, ejecutivos señalan que muchas de esas empresas les piden a los proveedores que desarrollen opciones sin OGM para que puedan estar listos si se extienden los requerimientos de etiquetas..


===============================================================
EL 92% DE LA POBLACIÓN DE ESTADOS UNIDOS QUIEREN QUE SE ETIQUETEN LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

 Una nueva encuesta realizada por Consumer Reports encontró que el 92% de los consumidores estadounidenses quieren etiquetado de sus alimentos para conocer si contienen o no transgénicos

Ellos quieren además que el gobierno adopte fuertes normas para que se hagan pruebas de seguridad a largo plazo antes de aprobar los alimentos transgénicos.

De igual manera, más del 90% de la población demanda que se debe etiquetar el salmón transgénico.  Ya en el año 2005 en Alaska se pasó una ley que obliga el etiquetado del salmón genéticamente modificado, el mismo que aun no ha salido al mercado.

Aun más importante es el hecho de que un 75% de los encuestados consideran que es vital no consumir alimentos transgénicos.

Este es un fuerte y poderoso indicio de que la mayoría de la población no es feliz viviendo bajo un régimen donde se impone los intereses económico de las empresas en contra del viene público.

Ya se han pasado leyes de etiquetados en los estados de Vermot, Connecticut y Maine, pero su implementación depende que otros estados adopten leyes similares

Hay también leyes de etiquetados en países como Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Japón, China. Australia, Brasil, India y Rusia.

Fuente: GMO Free USA

========================================================

LAS GRANDES EMPRESAS AGROALIMENTARIA DEMANDA A VERMONT POR NO HABER DEFENDIDO SU DERECHO A CONOCER CÓMO ALIMENTARSE

Jon Queally.  Common Dreams
16/06/2014


El Fiscal General de Vermont William Sorrellon ha dicho que su oficina está lista para un "Diablos de una pelea", después de algunos de los miembros más poderosos grupos de agroalimentarios de la nación presentaron una demanda oponiéndose a la nueva ley del Estado de Vermont que requiere el etiquetado de los alimentos envasados que contienen ingredientes modificados genéticamente.

La presentación oficial de la demanda federal contra Vermont incluyó a los siguientes carteles empresariales:
·      Asociación de Fabricantes de Comestibles - GMA
·      Snack Food Asociación
·      Asociación Internacional de Alimentos Lácteo
·      Asociación Nacional de Fabricantes.

Esto marca el comienzo de una batalla legal que podría tener importantes implicaciones en la lucha nacional sobre los alimentos transgénicos.

El nuevo mandato de etiquetado de los transgénicos en Vermont, aprobada por la legislatura estatal en abril  del 2014 y firmado como ley por el gobernador Peter Shumlin en mayo, es la primera de su tipo en la nación y exige el etiquetado de la mayoría de los productos que contienen ingredientes genéticamente alterados hasta el año 2016.

"El pueblo de Vermont ha dicho alto y claro que tienen el derecho de saber lo que está en su comida ", dijo Falko Schilling, un defensor de la protección del consumidor de Vermont, un Grupo de Investigación de Interés Público.

A pesar del apoyo generalizado del público por la ley, los cabilderos de la industria de alimentos están desafiando a los requisitos de etiquetado porque dicen que atentan contra la libertad de expresión.

"La Ley 120 impone nuevos requisitos y las restricciones – que afectan a ocho de cada diez alimentos en el supermercado ", dijo un vocero de la GMA en un comunicado.

Pero Ronnie Cummins, director ejecutivo de la Asociación de Consumidores Orgánicos, defendió la ley de Vermont, y dijo que la demanda de la industria fue simplemente un ejemplo de cómo los grandes intereses corporativos tratan de intimidar a otros estados que ahora están considerando adoptar leyes de etiquetado similares. 

Como Cummins dijo al Burlington Free Press: "Cada ciudadano de los EE.UU. debe preocuparse cuando un grupo de cabildeo empresarial multimillonario demanda en la corte federal para revocar el derecho de un Estado a precautelar la salud y seguridad de sus ciudadanos ".

Una encuesta nacional realizada el abril 2014 por Consumer Reports mostró que una abrumadora mayoría de los consumidores estadounidenses (más del 90 por ciento) piensa que antes de que los alimentos transgénicos se vende, debe estar etiquetados. Se han hecho numerosas encuestas en los últimos años  que han demostrado similares niveles de apoyo.

El movimiento del "derecho a saber" que apoya el etiquetado, se ha centrado en las leyes a nivel estatal, para luego apuntalar una estrategia hacia Washington.

=============================================================

OREGÓN ES AHORA EL EPICENTRO DEL DEBATE NACIONAL SOBRE TRANSGÉNICOS

Jennifer Anderson.  Portland Tribune

 Una batalla se está librando en los supermercados de Oregón, en los campos de el trigo y remolacha azucarera, mesas del restaurante y los estantes de la despensa.

El debate nacional latente desde hacía tiempo sobre los organismos modificados genéticamente han llegado a su punto culminante de este verano, con Oregón en la vanguardia.

Tres acontecimientos separados, pero relacionados el mes pasado construyeron el impulso por la cruzada contra los transgénicos:

• El 15 de mayo, el grupo de base “Oregón por el Derecho a Saber” puso en marcha en todo el estado una campaña para exigir el etiquetado de todos los productos alimenticios OGM.

• El 20 de mayo, los votantes de los condados Jackson y Josephine del sur de Oregón aprobaron medidas para prohibir la siembra de cultivos genéticamente modificados. En  Benton y el Condado de Lane, los votantes pueden tener las medidas electorales similares en el otoño.

• El 24 de mayo, una 6.000 personas se manifestaron en el centro de Portland en el segunda anual Marcha contra Monsanto. En otra parte, ese mismo día, los activistas marcharon en 46 otros estados y 52 países en seis continentes.

"Muchos de nosotros estamos empezando a entender lo que los transgénicos son", dice Susan Laarman una mamá local. "Ha sido una especie de secreto."

Laarman fue el portavoz de los voluntarios de la Marcha locales contra Monsanto, que se dirige a la empresa bioquímica sede en St. Louis, que produce pesticidas Roundup y semillas resistentes al plaguicida Roundup Ready para los agricultores.


Monsanto se anuncia como una "Compañía de la agricultura sostenible", pero ha producido bifenilos policlorados (PCB), poliestireno (Styrofoam), sacarina, aspartamo, el Agente Naranja y dicloro-difenil-tricloroetano (DDT).

Hace un año, puso en pánico a la industria de trigo de Oregón (pues se encontró trigo GM), todo el mundo del sector progresista, los agricultores, los libertarios, los activistas ambientales se ha alineando detrás de la causa.

Partidarios de Oregón están tratando de recoger 87.213 firmas de petición válidos que necesitan hasta el 3 de julio para poner la medida en la boleta electoral de noviembre.

Parte de la locura nacional tiene que ver con los acontecimientos en Oregón.

Enormes dólares en riesgo

Laarman se refiere al descubrimiento de abril 2013 cuando un agricultor de trigo en Pendleton encontró que su cosecha resultó ser resistente al herbicida glifosato. De hecho, las pruebas mostraron que era una variedad de Monsanto Roundup Ready.

Inmediatamente, Japón y Corea suspendieron sus compras de trigo de Oregón porque ellos no compran los alimentos genéticamente  contaminados. Cientos de millones de dólares en trigo para la exportación estaban en riesgo.

En Asia las exportaciones se ha reanudado ya que se realizaron nuevas pruebas y no mostraron ningún contaminante, pero el historia "puso Oregón en el mapa", dice Laarman.

"Se destacó la vulnerabilidad de los agricultores, puesto que ellos no pueden vender sus cosechas si están contaminada con transgénicos ", dice ella. "El mercado sigue siendo inestable y los agricultores siguen nervioso porque los precios han fluctuado, y el trigo es principal cultivo de exportación en Oregón. Hay demasiado riesgo ".

Tema de los derechos de propiedad

Una investigación aún no ha determinado cómo el trigo GMO se metió en las cosechas del   agricultor de Pendleton. Pero Elise Higley tiene una idea. El propietario de una granja de 113 acres en el condado de Jackson comenzó a hablar con sus compañeros agricultores en enero para asegurarse de que sus fincas no corren la misma suerte que el agricultor de Pendleton.


"Esta es una de las cinco regiones más importantes del mundo para el cultivo de trigo", dice ella. "Las semilla significan cantidades grandes de dinero; nos merecemos el derecho a guardar nuestra semilla y no cultivaremos semillas genéticamente manipuladas.

Higley ayudó a recoger firmas en 180 granjas familiares en su condado, para que se adopte lo que fue conocido como la Coalición de Agricultura Familiar y, con la ayuda de 600 voluntarios, se ganó una pelea difícil en las urnas.

Parte del ímpetu vino de Chris Hardy,  un granjero de Medford, quien recuerda que hace un par de años la empresa suiza llamada Syngenta fue al condado de Jackson, para que los agricultores siembren parcelas de cuarto de acre con remolacha GM, en una de las más áreas agrícolas más óptimas en el país.


Según Higley, Syngenta había estado pagando a los propietarios una tarifa nominal, de por ejemplo, $ 500 por año, para que siembren en una parcela sus semillas.  De esa manera la empresa se estaban “infiltrando en la zona sin que nos demos cuenta. Una vez que nos enteramos, nos dijimos 'Esto tiene que parar. Básicamente, se está invadiendo nuestra propiedad con la difusión de su polen OGM y se están contaminando nuestros cultivos. '"

Muchos agricultores habían estado tratando de guardar sus semillas para volver a usarlas el año que viene, pero se dieron cuenta de que ahora estaban contaminadas.


 Si la campaña estatal de etiquetado en Oregón es aprobada, sería el primero Estado en la costa oeste que adopte este tipo de normas.

En el Estado de Washington se recogieron 340.000 firmas para presentar la Iniciativa 522 del año pasado, pero fueron derrotados cuando Monsanto y otros gigantes de los aliemntos gastaron $ 33 millones para oponerse a la medida. Aún así, el 45 por ciento de los votantes se mostraron a favor.

Un año antes, en California, Monsanto, DuPont, Dow Chemical, PepsiCo, Coca-Cola, Kraft y Nestlé gastaron $ 46 millones para derrotar la Proposición 37. A pesar de la avalancha de anuncios negativos, el 48 por ciento de los votantes apoyaron.

Lo que pasa en Nueva Inglaterra

Connecticut se convirtió en el primer estado en adoptar un requisito de etiquetado en junio de 2013 y el Estado de Maine siguió en enero.

Pero ambos estados requieren que cuatro estados vecinos aprueben una legislación similar, antes de que las leyes entren en vigor, por lo que esas leyes están en un compás de espera.

Vermont se convirtió en el único estado en promulgar un requisito de etiquetado sin condiciones adjunta el mes pasado. El Estado va a requerir etiquetas a los alimentos transgénicos para julio de 2016, aunque la Asociación de Fabricantes de Comestibles prometió demandar para que se anule la ley.

La portavoz de Monsanto, respondió a una solicitud de entrevista con una declaración preparada que dice: "Los 22.000 personas de Monsanto se han comprometido a tener un diálogo abierto acerca de los alimentos y la agricultura - estamos orgullosos del trabajo que hacemos, y estamos ansiosos que la gente sepa más sobre nosotros. También estamos orgullosos de nuestra colaboración con los agricultores y las organizaciones asociadas que ayudan a tener una comida más equilibrado y accesible para todo el mundo. Nuestro objetivo es ayudar a los agricultores hacer esto, utilizando menos recursos y tener un menor impacto sobre el medio ambiente. Sabemos que las personas tienen diferentes puntos de vista sobre estos temas, y que es importante que ellos sean capaces de expresarlo y compartirlo ".

En cuanto a las iniciativas en el sur de Oregón, el vocero de Monsanto escribió: "Esto es lamentable para los agricultores familiares del condado de Jackson y el condado de Josephine. Creemos que los productores deben tener el derecho de escoger que semillas sembrar, sean estas orgánicas, convencionales o con rasgos biotecnológicos (es decir, transgénicas).

No hay comentarios: